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La Disfunción sexual se puede definir como una dificultad en cualquier etapa involucrada en el acto sexual (Deseo, Excitación, Orgasmo y Resolución) que impide a la persona o a la pareja el disfrute de la relación sexual.
Las disfunciones pueden aparecer en cualquier etapa de la vida. Pueden desarrollarse poco a poco o aparecer de manera súbita, pudiendo llegar a incapacitar total o parcialmente a la persona en alguna de las fases de la relación sexual.
Las causas de las disfunciones pueden ser físicas o psicológicas, pese a ello siempre será necesario consultar al profesional médico para descartar el origen físico antes de una atribución psicológica de los síntomas. Los factores psíquicos de la disfunción pueden estar relacionados con miedos, vergüenza, culpa, traumas, etc. O con problemas en la relación de pareja como falta de confianza y comunicación.
Las disfunciones sexuales se clasifican según la fase sexual en la que aparecen.
Deseo sexual hipoactivo (la falta de deseo)
Trastorno por aversión al sexo (Rechazo a cualquier tipo de contacto sexual).
Estos desórdenes se manifiestan como aversión o evitación del contacto sexual con la pareja.
En las mujeres, la dificultad para alcanzar un grado de excitación adecuado, antiguamente llamado frigidez. Para los hombres, se emplea el término "disfunción erectil", aunque antiguamente se conocía como impotencia.
Como el retraso o la ausencia de orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. Estos desórdenes ocurren tanto en hombre como en mujeres.
Eyaculación precoz: Consiste en la falta de control voluntario sobre el reflejo eyaculatorio, produciendo una eyaculación demasiado rápida.
Eyaculación retardada: Un exceso de control involuntario sobre el reflejo eyaculatorio que impidiendo la llegada del orgasmo.
Trastorno orgásmico femenino: Dificultad o imposibilidad de llegar al orgasmo.
Afectan casi exclusivamente a las mujeres:
Dispareunia (intercambio sexual doloroso). En ocasiones puede ser provocada por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal). La falta de lubricación puede deberse a cambios hormonales o a una excitación insuficiente.
Vaginismo, donde se dan espasmos involuntarios de los músculos de la pared vaginal que dificultan o impiden la penetración.
